martes, 29 de diciembre de 2009

- Siria ........el reino de Saladino

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Una persona de allí, en medio de las ruinas de Apamea, me preguntó intentando reafirmarse así mismo,........... si Siria era una tierra de paso o tenia identidad propia .............., difícil pregunta para un foráneo, que aunque suele documentarse antes de partir, no tiene clara la noción sobre la duda que le socavaba al autóctono, pero la realidad es que Siria existe y desde hace miles de años.

Situada al mediodía del mítico río Eufrates, en el sur de la Mesopotamia que algunos aun defienden como origen de la humanidad, aunque no andan muy errados, pues por allí se desarrollaron civilizaciones de las más antiguas de la historia, como demuestran las excavaciones realizadas en Ebla, donde se han encontrado restos que datan de 5.000 años a. C. Por Siria han pasado sumerios, acadios, cananeos, fenicios, caldeos, asirios, arameos, amorritas, nabateos, gasanitas, hititas, mitanios, palestinos y hurritas, sin olvidar en épocas no tan lejas de la historia a cruzados, árabes y turcos, pueblos que han ido dejando su huella en la geografía de sus tierras y seguramente en los genes de sus pobladores.

Siria en un país que abraza al visitante, que aun no está maltratado por las masas de turistas, que sonríe al forastero, un país que intenta ser amable y quitarse la recua de haber sido incluido por George W. Bush, en la lista de países del “eje del mal”, un país en el que los españoles somos recibidos con agrado, un país donde la mayoría de sus jóvenes son del Barça, un país sin complejos de recibir con agrado a sus visitantes.

La inmensidad del desierto ocupa gran parte de su territorio, su oriente, un paisaje ya común en otros viajes pero que aquí se hace diferente, un desierto parecido a los del norte africano, pero humanizado en parte por antiguas civilizaciones. En otro articulo de este blog ya he hecho referencias a Palmyra y no me voy a repetir, pero transitar por esas vacías grandiosidades siempre genera una sensación especial de la insignificancia que formamos los seres humanos. La vida en esas tierras es pura subsistencia, terrenos estériles para la agricultura, el agua prácticamente inesistente, la vegetación desaparecida en tiempos pretéritos y sobre todo el abandono. Solo pequeñas poblados salpican este territorio, en las lejanías vemos humildes poblaciones sobre las que nuestras mentes reflexionan de cuales son sus recursos de vida, pues todo lo que nuestros ojos ven es aridez y vació a nuestro rededor, pero salta sorpresa, en cada aldea nos cruzamos con niños y muchachos, que de forma mas o menos ordenada, con sus babis azul marino se dirigen a la escuela, tampoco nos queda una referencia clara de los horarios escolares, pues sea la hora que sea de la mañana o de la tarde, nos los cruzamos en cualquier población camino o regreso de sus clases, saludándonos con sus manos y regalándonos esas sinceras sonrisas que solo infantes saben tener.

Camino del Eufrates desde Palmyra por estos desolados territorios en medio de la nada, visitamos Qasr al-Hayr al-Shaqi, restos de lo que fue una fortaleza del califato Omeya construido en el siglo VIII, tuvimos la suerte de encontrarnos allí con un amable sirio que en un correctísimo castellano nos puso al corriente de la historia de este palacio, dedicado por los califas como lugar de recreo, pues estaba situado en un enorme vergel donde se dedicaban fundamentalmente a la caza y a los gozos terrenales.................hoy es un inmenso socarral, donde nuestra vista se pierde en el horizonte, sin poder distinguir ningún atisbo de vida a nuestro alrededor.

Próxima ya a la ribera del Eufrates nos detenemos en Rasafa, en tiempos la “ciudad de cristal” por estar íntegramente construida en alabastro. La antigua Sergiopolis, la ciudad de Sergio y su hermano Baco, soldados romanos torturados y martirizados por “el imperio” debido a sus creencias religiosas, en este caso cristianas. Rasafa es una ruina más de las que completan la geografía siria, poco visitada pero interesante a su vez, también rodeada por la constante del desierto, aquí nada ha sido modificado por arqueólogos, solo unos niños nos acompañan y nos enseñan lo que de interés puede admirar nuestra vista, la colosal puerta del Sur y la Basílica Bizantina de San Sergio, nos ofrecen trozos de cerámica y piezas de algunas monedas rescatadas entre los restos de unas impresionantes cisternas.

Llegamos al Río, al gran río de Siria, convertido aquí en casi un mar, las aguas del Eufrates han sido dominadas por el hombre convirtiendo este lugar en un enorme lago de 80 km. de largo por unos 8 km. de ancho. Cruzamos la represa bien vigilada por el ejercito y nos dirigimos al baluarte de Qala’at Ja’abar, un chiringuito a su entrada nos resarce del seco desierto, cerveza, pescado y el mejor “humus” (crema de garbanzos) que pudimos probar en todo el recorrido por estas tierras.

La fortaleza, sus restos para ser mas acertada la expresión, solo tiene interés por las vistas que desde ella hay de la inmensidad del embalse. El ocaso del sol en esos momentos nos resarció del intenso recorrido de todo el día.

Llegamos de noche a Aleppo, pero aun nos dio tiempo para introducirnos en las callejuelas ahora silenciosas y solitarias de su gran zoco, misteriosas y oscuras nos envolvían, era como pasear por otros tiempos pasados, volver al medievo, como si fuéramos extras de un film de la epoca de Saladino, buscábamos donde cenar, pero tampoco la necesidad de nutrirnos nos desviaba de saborear esos momentos, alejados del ajetreo de su actividad descubrimos el gran mercado con su magia. Llegamos a la gran Ciudadela y fue allí donde nuestros cuerpos serenaron apetitos, unas terrazas situadas a la vista de la gran fortaleza, iluminada a estas horas con luces que cambiaban de color y de discutible gusto, nos acogieron y sirvieron para el merecido descanso.

Ya de día nos introducimos en el ajetreo vivo de la ciudad, el barrio Cristiano totalmente diferenciado del resto, con sus callejas estrechas y arcadas, sus placillas, su ir y venir de gentes, sus popes, su diversidad de iglesias cristianas dedicadas a diversos cultos, armenio, griego, católico, etc.............. y de nuevo camino al zoco recorriendo la calle Bab Antakya, donde numerosas tiendas nos ofrecen el afamado jabón de Aleppo elaborado con aceite, laurel y esencias. El bazar ahora esta en su verdadero esplendor, pero no agobiante, no hay muchos foráneas como nosotros y los vendedores no son tan “insistentes” como en otros mercados de oriente, tiene el sabor de lo autentico, no está abigarrado de tiendas con utensilios varios para calmar las voluntades consumistas de las gentes multicolores que del occidente llegamos, es mas de uso interno. Minúsculas mezquitas cruzamos a nuestro alrededor, antiguos caravansares reconvertidos en tiendas, palacios discretos, todo es color y tonos de luz que se filtra por los lucernarios de su techo, llegamos a la Gran Mezquita que compite en antigüedad y belleza con la de Damasco, su patio tiene en esos instantes una luz especial aun siendo medio día, un sin fin de gentes entra y sale de cumplir su compromiso con ese dios que no entendemos los foráneos, pero no nos sentimos como extraños al visitar su interior, formamos con naturalidad parte de la escena; a la salida buscamos entre las estrechas callejuelas el camino del palacete Bimaristan Arghan, usado como manicomio hasta bien entrado el siglo XX, hoy convertido en museo, una hermosa construcción sugerente, llena de encanto........... y de nuevo a la Ciudadela que domina toda la ciudad, pero sobre todo deambular inmersos por sus callejuelas, intentando descubrir más y más los aromas y colores de esta ciudad que nos ha sorprendido, en donde se juntan la tranquilidad y el bullicio, las luces y las sombras, los tonos y las esencias.

Partimos a recorrer las Ciudades Muertas, de las que ya he dejado relatado algunas cosas e imágenes en estas paginas, y tomamos dirección sur camino de Hama, pero antes solo unas notas sobre Ebla, antiquísimo asentamiento a 60 km. de Aleppo, casi lindando con la autopista de Damasco, aunque sus restos no son de un gran interés vistoso, pero si lo merecen las tablillas, en numero aproximado a las 15.000 encontradas entre sus restos, escritas en dialecto sumerio hacia el año 2.200 a.C. que han servido junto a las de Ugarit para conocer y descifrar otros dialectos perdidos de la misma época.

Hama es la ciudad de las norias, unas 17 se conservan en la actualidad de las 30 que se fueron construyeron a partir del siglo V, su barrio antiguo no es tan vistoso como en otras ciudades sirias, solo un par de calles próximas a la rivera del río Orontes tienen algo de especial y están bien conservadas, el resto sucumbió ante la represión del régimen de Hafet al-Assad, que en 1982 bombardeo intensamente por espacio de tres semanas la ciudad durante una rebelión de “los Hermanos Musulmanes”, secta islamista radical de corte integrista; en los enfrentamientos murieron entre 10.000 y 25.000 personas, alrededor del 15% de la población. Hoy es una ciudad apacible donde podemos pasear con tranquilidad, aunque parte de su población desdeña de los que no son seguidores de su credo. En un restaurado edificio otomano del siglo XVIII, encontramos la Orient House, en sus patios utilizados para restaurante podremos degustar un buen menú y también alojarnos en el hotel sin duda con mas encanto de toda la ciudad aunque un poco alejado del centro, otra opción muy aconsejable para poder tranquilizar nuestro estomago es Family Club, ubicado en el barrio cristiano y en donde podremos serenar nuestra sed con algún tipo de bebidas espiritosa.

Partimos de Hama en dirección oeste para llegar a Musyaf, allí recorremos la fortaleza ismaeli de la secta islámica de los “hashishin” (fumadores de hachis) de donde proviene la palabra asesinos, esta secta mística e enigmática de origen persa, se extendió por el mundo musulmán desde su mítica fortaleza de Alamut, tomada hacia el año 1090 por Hasan-i-Sabbah, “El Señor de las montañas”, Marco Polo cien años después, a través de su relato en el “Libro de las maravillas” nos comenta sobre este personaje y su legendario castillo, referente a él que tengo pendiente desde hace tiempo colocar algo en estas páginas.

Hacia el sur una sinuosa carretera y un cielo teñido de un gris intenso, nos conducen por aldeas habitadas por comunidades cristianas hasta el Monasterio de San Jorge y sobre todo a Crack de los Caballeros, sin duda la mas grande y mejor conservada fortaleza de todo oriente medio. Es el castillo que identifica a los Caballeros Templarios, su símbolo en estas tierras, aunque en realidad sus custodios pertenecieron a la Orden de San Juan de Jerusalén o Caballeros Hospitalarios; potente fortaleza estratégicamente construida, protegiendo y controlando el paso de Homs, en la ruta de los puertos marinos hacia el interior sirio. Se trata de dos fortalezas en una, un complejo defensivo inexpugnable que nunca fue tomada por sus asaltantes, recorrer su entramado y laberíntico reducto nos trasporta a tiempos de espadas y escudos cruzados, a bastiones y almenas, a intrigas y misterios. Una fuerte tormenta nos despierta y nos retorna a la realidad, pero ella y las ultimas horas de la tarde despojan la fortaleza de las vociferantes y coloridas gentes que la visitaban, haciéndonos apreciar con mas encanto aun si cave la grandiosidad de esta magnifica construcción, definida por Lawrence de Arabia como “el mejor castillo del mundo”.

En Homs solo paramos a dormitar y a pasear su noche, el zoco ya estaba cerrado, sus edificios principales de arquitectura de influencia soviética, la gran Mezquita de Khaled ibn al-Walid iluminada en la oscuridad, sus cafés de la calle Shoukri al-Quiwati repletos únicamente de clientes masculinos, fumando una pipa de shisha o jugando al domino. Como curiosidad y solo por ello, por el carácter antropológico que pueda tener, recomiendo visitar los hoteles An-Nasr al-Jedid y Khayyam, recogidos en la guía de Lonely Planet, donde podremos ubicarnos dentro del film “El expreso de media noche”..........sin mas comentarios.

Hacia el sur es la gran zona de las comunidades cristianas, el monasterio de Mar Musa que nos costo localizar y no pudimos visitar, cuenta este recinto con unos hermosos frescos y una reciente historia; situado en un barranco en donde comienza del desierto, en el los peregrinos que lo visiten disponen de alojamiento y manutención gratuita colaborando en los quehaceres del monasterio.

Maalula es otra población de mayoría cristiana ubicada en medio de barrancos, sus casas color pastel abigarradas unas encima de otras componen un cuadro de singular composición. En ella recorrimos un pequeño siq (barranco) que une sus dos principales monasterios, el de Santa Tecla y San Sergio y Baco, en este ultimo una muchacha en un perfecto castellano, aprendido sin salir de Siria a través del Instituto Cervantes, nos trasladó la magia y el encanto del lugar invitándonos a que nos esperásemos para oír de labios de un pope el rezo del padre nuestro en arameo, único lugar del mundo en el que aun se conserva este idioma hablado por Jesús de Nazaret y donde la población se esmera en mantenerlo vivo y cuidarlo. Desde allí nos dirigimos a Seidnayya, donde nos recibe su monasterio que desde la lejanía mas parece una gran fortaleza, cuidado por monjas, en él se guarda un icono de Maria madre de Jesús, al que se le atribuye su realización a San Lucas, ello motiva que sea unos de los lugares mas importantes de peregrinación cristiana de todo Siria.

Un gran atasco de vehículos nos da la bienvenida a Damasco, es hora de recogerse y a eso vamos, nos instalamos no muy lejos del casco viejo e inmediatamente partimos a él, los zocos aun esta en actividad, la noche lo hace mas sugerente, lo paseamos hasta mas allá de la Gran Mezquita, recorremos algunos de sus souq, la actividad esta decayendo, los comerciantes comienzan a cerrar sus tiendas, nos quedamos con ganas de tomar un kebach...........pero nos espera otro día para contemplar esta magnífica ciudad que hizo cristianar a San Pablo.

La jornada se despierta tan gris como en días anteriores, barrunta agua, de nuevo a la ciudad vieja, a callejear y a llenarnos la vista de color, el olfato de aromas, el oído de palabras desconocidas pero no por ello ya familiares, y el tacto de texturas a seda y fino algodón, caminamos templados de paso, escudriñando cada rincón, el zoco Al-Hamidiyya, la Calle Recta, buscamos la puerta de San Pablo, por donde el “ideólogo” cristiano escapó de su persecución; el Arco Romano, seguimos por la Calle Recta que en tiempo del Imperio Romano era la arteria principal de la ciudad, el Cardo Maximus; a la diestra el barrio judío a la izquierda el cristiano, tan parecido al de otras ciudades. En el encontramos los comercios están cerrados, es domingo y fiesta de guardar....aquí no hay que regular el comercio como hace nuestra “Esperanza”, aquí se regula solo, siempre hay algo abierto, los viernes los cristianos, los domingos los árabes. Las callejuelas se suceden una tras otra, imposible el trafico de automóviles por la mayoría de ellas, tocamos con los brazos las casas de uno y otro lado, llueve y nos cobijamos a comer en un antiguo palacete del barrio de las cruces, muy cerca de la iglesia de Santa Rita, Elissar se llama el restaurante, hemos acertado en la elección, la atención correcta, la comida muy aceptable y el comedor situado en un hermoso patio con cantarina fuente, hermoso, tranquilo y acogedor. La calle Al-Qaimariyya nos llevará directos a la Gran Mezquita, en ella contratamos el taxi que nos trasladará al día siguiente a Amman, capital de la vecina Jordania, llueve con mar fuerza y nos refugiamos debajo de los toldos de unos comercios ya cercanos a la mezquita, vemos el trasiego de gentes, son calles muy comerciales, llenas de todo tipo de tiendas: artesanos, alfombras, restaurantes callejeros, etc. Visitamos el Palacio Azém, ejemplo de arquitectura damasquina y nos dirigimos por fin a la Mezquita Omeya a primera hora de la tarde. Alá, su dios, nos ha recompensado por nuestra tenacidad y perseverancia, ha dejado de llover al aproximarnos a ella, sale el sol y la luz es espectacular a esta hora, esa luz y el agua hace que nuestra visita sea especial, los mármoles brillan por doquier, las columnas se reflejan como un espejo en su patio, las miradas son intensas, el tiempo se detiene, la imagen queda no solo reflejada en nuestras maquinas fotográficas, también en nuestras mentes. La mezquita es solemne, no hay mucho bullicio multicolor, casi diría que somos de los pocos foráneos que la estamos visitando, en la sala de oraciones alguien llama la atención para que serene su voz un Imán que arenga sentado a un grupo de fieles, otros leen el Corán, algunos parecen dormir, en medio de la sala una construcción con intensas luces verdes indica el sepulcro de Juan Bautista, donde dicen se conserva su cabeza, para el Islam este santo cristiano es uno de sus grandes profetas.

Salimos y ya esta empezando anochecer, pero nos da tiempo a visitar a Saladino (Salah ad-Din), su mausoleo contiguo a la Mezquita es austero, como cuentan que fue su vida, dos ataúdes podemos ver, uno de mármol y otro de madera, en este ultimo descansa su cuerpo. Saladino fue el que venció a los cruzados y recupero Jerusalén a los cristianos, inteligente como guerrero y tolerante como persona, no arrasando la Ciudad Santa, permitiendo que sus habitantes abandonaran la ciudad sin ningún daño, admitiendo que la pluralidad de religiones que aún hoy se procesan en Siria se siguieran practicando, ello ha motivado que el paso del tiempo haya hecho a esta sociedad mas comprensiva, algo que en estos últimos años debido a los integrismos esta empezando a cambiar, esperemos aprender de estas forma de entendimiento, vivamos en concordia entre los distintos credos..............incluyendo hasta los que no tenemos ninguno. Nos despedimos del Sultán ya en la noche, retomamos de nuevo camino al zoco Al-Hamiyya donde degustamos un helado de leche con pistachos en Bekdash, realizamos algunas compras y nos regalamos con un té en la terraza del primer piso en un café que hay frente a la Ciudadela, desde el que divisamos el ir y venir de gentes.

Madrugamos para trasladarnos a Jordania, pero antes habíamos negociado que el taxista nos llevara a ver la ciudad de Bosra, situada a unos 150 km. al sur de damasco, cerca de la frontera jordana. Es como tantas otras urbes, de origen romano, su singularidad radica en que está completamente edificada con rocas volcánicas de próximos y antiguos volcanes. Denominada la “Ciudad Negra” por estar sus edificios construidos por basalto de ese color, no solo el color de sus piedras hacen acercarse al visitante, tiene el mejor teatro romano de todo el oriente medio, comenzado a construir en el siglo II fue completado por Saladino en el XII, majestuoso y bien conservado por la solidez de la piedra utilizada en su construcción, tiene una capacidad para 17.000 espectadores, una gran acústica y hoy en día en él se siguen representando actuaciones, en época árabe se le transformo en Ciudadela sin que perdiera su uso teatral, hoy lo podemos admirar en toda su magnitud y grandeza aunque el día es desapacible, paseamos a su alrededor por los restos de la ciudad nabatea y sin mas partimos camino de la vecina Jordania que nos espera con sus liosos tramites aduaneros.

Si algún lector esta interesado en este país, os dejo el contacto del autóctono que os menciono al principio, pudiendo haceros de guía ilustrado, en un correcto castellano-caribeño.
kassenyk@hotmail.com

Espero como siempre que estas letras y mis imágenes os hayan interesado hasta el punto de haceros viajar hasta allí, aunque solo sea con la imaginación.

martes, 8 de diciembre de 2009

- 16.000

No siempre son músicos consagrados los que nos sorprenden con sus ritmos, esta vez el regalo que os traigo por superar las 16.000 entradas es música callejera, de esa que nos podemos encontrar en cualquier estación del metro, en una calle peatonal de una de las zonas comerciales de nuestra ciudad, en un rincón de un parque cualquiera o en la soledad de un insignificante rincón urbano.

El video que os traslado forma parte del proyecto Planning For Change “Algo se está moviendo” un movimiento creado fundamentalmente para conseguir la paz en el mundo mediante la utilización de la música. Esta dirigido por Mark Jonson y se presento por primera vez en el festival de Tribeca en la primavera de 2008.

Personas amantes de la música en general y del jazz en particular han recorrido el mundo durante siete años para realizar esta versión múltiple de la canción “Stand by me” interpretada por Ben E. King en 1975, sobre un tema gospel de 1955 y de la que se han hecho múltiples versiones, entre las mas conocidas las de Bruce Springsteen, Elvis Presley o la inolvidable de John Lennon.



Aquí aparecen 30 de esos artistas callejeros de todos los rincones del mundo interpretando cada uno con su forma y personalidad esta canción, dándonos la idea de lo que la música puede unir a los pueblos y a las distintas culturas.

Stand By Me - “Quédate conmigo”

Cuando la noche ha llegado
Y la tierra está oscura
Y la luna es la única luz que veremos
no tendré miedo
no tendré miedo
Mientras tu estés, estés conmigo

Y cariño, cariño, quédate conmigo
Oh, ahora, ahora quédate conmigo
quédate, quédate conmigo,
quédate conmigo

Si el cielo que vemos encima
Se derrumbara y cayera
O la montaña se desmoronase hacia el mar
no lloraré, no lloraré
no, no derramaré ni una lagrima
Mientras tu estés, estés conmigo,
estés conmigo

Cuando tengas alguna preocupación, ¿no contaras conmigo?
Ah, ahora quédate conmigo, quédate conmigo
Y cariño, cariño, quédate conmigo
Oh, quédate conmigo


Disfruta y embébete en la música............... deléitate con ella.

lunes, 30 de noviembre de 2009

- Ciudades Muertas y Apamea (Siria)

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Al norte de Siria, en una extensa zona entre la frontera Turca y la ciudad de Hama, en las proximidades de Aleppo segunda ciudad siria, entre el desierto y el fértil valle del río Orontes, se asentaron durante los siglos IV y VII una importante comunidad Bizantina creando innumerables poblaciones diseminadas por los terrenos calizos del Belus Massif, en los que desarrollaron su economía diaria.

De estos asentamientos nos han llegado a la actualidad mas de 800 aldeas, salpicando toda la geografía de la zona, la mayoría de ellas aisladas en los paramos, abandonadas por sus moradores en las postrimerías del siglo IX.

Bien conservadas, en muchos casos por la singularidad de sus construcción y la calidad de sus materiales, son el escenario de un museo no programado y casi viviente de una realidad diaria ocurrida hace mas de 1.500 años. Sorprende su paisaje, el contraste cromatico de los colores grises y rojos de sus piedras, sus iglesias, sus calles vacías, los adornos de sus dinteles, los símbolos religiosos por doquier..............sorprende su cuidado abandono.

¿Cómo y porque estos lugares dejaron de ser habitados de forma espontánea en una época determinada?.......es una incógnita y un misterio que los arqueólogos y antropólogos de hoy en día todavía no han sabido resolver, misterio que aumenta el interés por su visita.

A su alrededor podemos encontrar actualmente localidades de población musulmana, en algunos de los casos con casas bizantinas integradas dentro de la misma aldea, pero estas son excepciones; no parece que haya habido una integración de ambas culturas, tampoco han sido profanados los símbolos religiosos de carácter cristiano, ni se han esquilmado sus restos para las nuevas construcciones, como ha ocurrido a lo largo de la historia en la mayoría de lugares semejantes, de los que en nuestra geografía ibérica tenemos ejemplos como para llenar una enciclopedia.

Pasear sus soledades es trasladarnos a otra época, casi podemos oír las voces de sus originarios moradores, la imaginación nos transporta al pasado, nuestras miradas investigan todos sus espacios y recovecos, nuestros pies saltan de piedra en piedra buscando misterios imposibles de descifrar.

Dedicamos un par de días a visitar estos lugares, días grises y lluviosos, de cielos encapotados, pero también regalados por momentos de luz, donde los relieves de sus dinteles cincelados con su imaginería, quedaban grabados no solo en nuestras fotos, si no también en nuestras mentes.

Camino de Qala’at Sama’an (fortaleza de San Simeón) comenzamos a introducirnos en estos parajes, pero fue en la Basílica de San Simeón donde encontramos el misticismo de estas construcciones por primera vez .

Curiosa es la historia de este santo asceta, que junto con Ignacio y Juan Damasceno se asentaron por esta tierras, dedicando su vida de eremitas al misticismo de sus creencias. Simeón fue un curioso pastor que en el siglo V, tras una visión divina ingreso en un convento, pero al resultarle monótona la vida monacal se retiro a los montes en donde decidió vivir en lo alto de una columna de tres metros, la cual a lo largo de 36 años fue haciéndola crecer hasta conseguir que tuviera una altura de quince metros, donde encadenado al cuello paso el resto de su vida sermoneando a los peregrinos que por su fama acudían al lugar, de hay le viene a este singular personaje el apodo de “el estilita” (del griego stylos = columna). Al fallecer, en ese el mismo lugar se levantó una basílica que en su tiempo fue la de mayores dimensiones del mundo cristiano, la que en lo alto de una colina con impresionantes vistas de sus alrededores visitamos.

Sobre la historia de este extravagante o loco santo, Luis Buñuel en 1965 rodó "Simón del desierto", en ella el cineasta con su peculiar acidez critica nos traslada su vision peculiar de la vida de este insolito personaje .

No muy lejos de allí aislada en una colina, podemos visitar la basílica de Mushabbak del siglo V, en sus inmediaciones una familia de beduinos allí asentada con sus ovejas, nos acompaña en nuestro recorrido.

Qalb Lozeh es otra de esas hermosas basílicas que podremos admirar, situada en medio de una población, data su construcción del año 460, situada cerca de la frontera turca y apartada de las rutas turisticas, merece la pena acercarse, pues se trata de uno de los monumentos eclesiásticos mas celebres de Siria, al ser la más antigua construccion de este tipo de todas las que se pueden contemplar.

Al sur de Aleppo esá la mayor concentración de estas “Ciudades Muertas”, en el espacio de un pañuelo podremos visitar un montón de ellas, pero es sin duda Sergilla la que mas nos dará una idea de la forma de vida de sus antiguos habitantes. Es la mas sugerente y mejor conservada de todas, calles intactas, basílicas, hospederías, palacios, almazara, baños, lagar, necrópolis, termas, ...........etc.; nos dan una idea de la prosperidad que tuvo esta zona en los tiempos de su construcción entre los siglos IV y VI. Pasearla con tranquilidad es asomarnos al pasado, aquí es donde nos da la sensación de que sus habitantes se hubieran ido de un día para otro, y de ahí parte el misterio de su abandono, toda vez que estas poblaciones nunca fueron atacadas ni saqueadas.

Visitamos tambien Al-Bara, la mas grande de todas y que habremos de descubrirla entre los olivos, aquí podremos encontrar unos curiosos y originales sarcófagos de forma piramidal. En Jerada son unos chicos los que nos van mostrando los restos, que en algunos casos están integrados en la nueva población.

Pero sin duda es Ruweiha la que nos causó una mejor sensación. Sería la hora de la tarde, sería que está todavía habitada en parte por familias beduinas que han acondicionado algunas de sus casas como moradas, sería la envoltura del paisaje, ....o sería el misterio de sus restos, lo que nos creó un estado especial en nuestro animo. En ella pudimos relacionarnos con pastores y descubrir las sonrisas y las candorosas miradas de algunas de las jóvenes muchachas que a nuestro alrededor compartían esos momentos del atardecer.................aquí el sol nos regaló una despedida especial.

A la mañana una torrencial lluvia nos guió hasta refugiarnos en la población de Ma'arrat al-Numan. En un caravansar del siglo XVI, el mas grande de toda Sira, pudimos admirar una selección de mosaicos extraídos de las aldeas bizantinas, los mejores que nuestra vista ha podido admirar en todo el recorrido; escenas de caza, figuras geométricas, animales, hasta figuras humanas llenas de todo detalle y un gran cromatismo. Pero una vez mas la historia es la protagonista de esta urbe poco visitada por las masas multicolores del turismo foráneo, Maarat que es como se la conoce vulgarmente, ha pasado a los anales históricos por el hecho acaecido el 12 de diciembre de 1098 cuando las topas Cruzadas al mando de “Raimundo de Tolosa” toman con engaños la ciudad pasando a cuchillo a toda la población, hirviendo en pucheros a sus habitantes, empalando a niños en espetones y devorándolos después asados.

Estos hechos no solo están documentados por cronistas musulmanes de la época, como contarán Ibn-al-Atir o Usama Ibn Munqidh, también están relatados por cristinos participantes en la toma de la ciudad como Alberto de Aquisgrán o el cronista franco Raúl de Caen.

Amin Maalouf, en su libro “Las cruzadas vistas por los árabes” (obra que aconsejo ojear para tener una vision mas plural de la historia, de los integrismos religiosos y de lo que el ser humano puede hacer en nombre de los Dioses) recoge estos hechos y el sentimiento que ha llegado hasta nuestros días de ellos en esa población.

Estos acontecimientos llegaron un año después a conocimiento del Papa Urbano II (promotor de esta “Cruzada”) , justificándose los mismos por "la terrible hambre que asaltó al ejercito en Maarat y lo puso en la cruel necesidad de comer cadáveres de los sarracenos”. Desconociendo por mi parte hasta la fecha si este episodio conllevó la excomunión de los instigadores de esta matanza o si alguna conferencia episcopal de entonces négara la comunión a alguno de sus ejecutores.............. y aquí llamamos integristas a los de allí, .......................pero esto es la historia y así la tengo que contar.

Punto y aparte merece Apamea, muerta como ciudad hace ya casi novecientos años, no pertenece al conjunto de las Ciudades Muertas bizantinas pero situada muy próxima a ellas. Fue fundada hacia el año 300 a.C. por el rey selyúcida Seluco I, a la que nominó con el nombre de su esposa. Los restos que aqui contemplamos son de época romana, pues en el año 64 a.C. fue conquistada por "el imperio", quien verdaderamente la doto del esplendor y la grandeza que hoy en día desprenden sus restos.

Asentada en una verde campiña sobre una colina en las cercanías del río Orontes, Apamea se convirtió en un importante centro mercantil que unía el puerto de Latakia con el oasis de Palmyra. Con la caída de Bizancio, fue poco a poco cayendo en declive hasta que terminaron con ella los seísmos de 1157 y 1170, dejándonos hasta ahora los restos de su decadencia, sobre los que nos imaginamos lo que puedo ser esta urbe en su pleno esplendor.

La ciudad de las “mil columnas” rivaliza con Palmyra en su grandiosidad y belleza, una calle columnada de casi dos kilómetros nos da la bienvenida, recorrerla en soledad sobrecoge, una hilera casi interminable de columnas nos vigilan a ambos lados, la calzada desgastada por el paso de los carruajes, los frisos esculpidos con hojas de acanto, hasta un comentario sobre la regulación de la prostitución nos comentan que hay en uno de ellos. No tiene a su alrededor la grandiosidad de los templos o los restos de construcciones que Palmyra, pero en verdad que su Cardo Maximus impresiona con sus columnas de granito labradas en espiral, uno de las más grandes y bellos de la antigüedad clásica. El gris es aquí el color predominante, por el color de la piedra de su construcción y por el cielo plomizo que nos cubre casi todo el día, pero algún rayo de ese sol de tarde lucha por salir y consigue encender esa luz especial que ilumina con claridad lo que nuestras pupilas están deseosas de percibir.

............................seguiré otro día con mas batallitas, de momento espero que estas os hayan interesado.

martes, 24 de noviembre de 2009

- 14.000

Con un poco de retraso ya os traigo el regalo que os debo, no me había olvidado de vuestra perseverancia y fidelidad, son mas de 15.000 las entradas que a mi blog habéis hecho y es merecido este nuevo obsequio. Tengo ya que ir preparando la próxima canción pues cada día sois más los que os acercáis a mis letras.

Esta vez es música de aquí, próximo en la distancia, pero ya algo lejana en el tiempo. Una canción de Lole y Manuel la pareja que en 1972 rompió con los esquemas del “cante” dando un toque de hippysmo al flamenco, iniciando de lo que ahora se denomina “fusión”.

En 1975 publicaron su primer disco “Nuevo día” de él os traigo la canción del mismo nombre que hoy os traslado.

Manuel de Molina y Dolores Montoya hijos los dos de familias de tradición flamenca, él nacido en Ceuta e hijo de “El Encajero” y ella Sevillana, de Triana de la familia de “Los Montoyas”. La madre de Dolores apodada La Negra, así como su abuela, nacieron en Casablanca y conocedores la pareja de la cultura de nuestro vecino país, incluyeron en algunos de sus trabajos canciones en árabe con una gran influencia en nuestro eterno Flamenco.

Participaron en la película de Carlos Saura “Flamenco y con Quentin Tarantino en su film “Kill Bill”

Separados en 1993, hoy siguen activos de forma individual, participando en conciertos de jazz, flamenco y música andalusí.

La canción que os pongo nos transporta la frescura de su cante y la transparencia de su verso.



Espero que os guste y os llene el día.

jueves, 19 de noviembre de 2009

- Palmyra (Siria), la ciudad de la reina Zenobia

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Después de volver por tierras de oriente, me encuentro de nuevo por aquí, en el mundo virtual, intentando con peor que mejor acierto convertir en letras las cosas que en mis ojos y oídos han dejado una impronta especial sobre algunos de los lugares visitados, ya sea por sus interesantes historias o por la excepcionalidad de las imágenes dejadas en mi retina, este es el caso de Palmyra, en ella conjugan ambas cosas.

El declinar de Petra por el agotamiento de sus reservas de agua, motivó que el imperio nabateo se fuera trasladando a tierras ubicadas mas al norte, determinando que Palmyra se convirtiera en la cuidad refugio de las rutas y periplos de las caravanas. Ubicada en medio del desierto sirio, en el mayor de los oasis existentes al sur del mítico río Eufrates, lugar idóneo para el intercambio de mercancías. Allí las caravanas que partían de la India, China y Persia cargadas con sedas, especies e incienso debían parar allí obligadamente si no querían morir sedientas; los comerciantes que traían desde Egipto y Fenicia lanas, vinos o pescados, también estaban forzados a pasar por ella para reponer, abastecerse e intercambiar productos en la ciudad. La creación de impuestos por el aprovisionamiento de agua, el paso por la ciudad y la utilización de sus servicios, la conviertieron en la ciudad más prospera en su tiempo de todo el oriente medio.

Una gran estela monolítica del año 137 d.C. "la Tarifa" nos da idea de los costes de sus recursos, contiene inscripciones que detallan las tasas a aplicar a las caravanas. Marca en denarios las comisiones a cobrar por cada compra o venta de esclavos, púrpura, sal, perfumes y otras mercancías, así como el precio del agua que era la partida más importante, debido al gran número de camellos o dromedarios con los que las caravanas contaban, superando estos el millar en muchas de las ocasiones; esta estela regula incluso hasta el oficio de la prostitución.

En el año 64 a.C. el imperio romano se extiende por el próximo oriente y Siria es convertida en Provincia Romana, Tadmor (ciudad de los dátiles) es latinizado su nombre con el de Palmyra (lugar de las palmeras). Durante algo mas de 300 años sus reyes son súbditos del “Imperio”, desarrollando el comercio y la prosperidad de la ciudad, pero una vez mas una mujer se convierte en protagonista de la historia, corre el año 267 de nuestra era, Odenato rey por entonces de Palmyra es asesinado presuntamente por su esposa Zenobia y esta accede al trono.

Así misma se nombraba descendiente de Cleopatra. Hermosa, hábil, cortesana, culta, inteligente y ambiciosa, se revela contra el imperio de Roma y derrota a su ejercito hasta crear su propio imperio que ocupó todo el Asia Menor, llegando sus dominios hasta Egipto.

Con una fuerte personalidad que era su mayor atractivo, arrogante, valiente, guerrera, conquistadora y gobernante; rasgos insólitos para una mujer de aquel tiempo, pero también tolerante con la pluralidad de las creencias religiosas. Sabia hablar todas las lenguas que entonces existían en Oriente y se rodeo de los personajes mas eruditos de su entorno, como el filosofo ateniense Dionisio Longino al que nombró consejero personal y Pablo de Samosata, teólogo y obispo de Antioquia, defensor del acercamiento de posiciones entre cristianismo y paganismo, contando entre los discípulos de este a Arrio fundador del arrianismo, doctrina cristiana muy arraigada en nuestro país en tiempos de los reinos Godos.

Poco duro a nuestra admirada e insurgente reina la independencia y el resurgir de su reino, en el 272 el “imperio” representado por Aureliano concentro un poderoso ejercito derrotando a Zenobia, fue hecha presa y trasladada a Roma, donde fue exhibida públicamente en un desfile triunfal para en emperador Aureliano, encadenada con argollas de oro, aunque este impresionado por sus cualidades, incluida su enorme belleza, la liberó dejándole pasar el resto de su vida en una villa de la actual Tívoli.

Durante el siglo VII, Palmyra fue tomada por los árabes, un terremoto la convirtió en escombros completamente en el siglo XI, permaneciendo guarda y protegida bajo las arenas del desierto, hasta que a principios del siglo XX comenzó a ser redescubierta y excavada.

Podría también comentar algo sobre otra mujer y su relación con Palmyra, pero creo que ya el articulo es lo suficientemente extenso y no quiero hacerlo mas pesado, se trata de
Marga d'Andurain (1893-1948), una vaso-francesa que anduvo por alli a principios del pasado siglo.....................curiosa la susodicha, pero el que esté interesado en su intensa y misteriosa vida, que investigue.

De las ruinas que salpican Siria, Palmyra es la más asombrosa, uno de los enclaves arqueológicos más bellos del mundo, el mejor de los conjuntos monumentales de toda la zona, sus ruinas son espectaculares y su grado de conservación muy aceptable. Es la joya de Siria, la capital del desierto, una de las más bellas y extensas ruinas de una en otra época ciudad caravanera, un oasis de palmeras y columnas de color de oro en plena soledad del desierto y el romanticismo de un paraje de aquella que osó enfrentarse a todo el Imperio Romano.

Su estratégica ubicación en el camino de Damasco a Mesopotamia y la presencia de un abundante manantial de agua pronto jugó un papel fundamental en la región.
De esta manera, Palmira creció hasta convertirse en un gran centro comercial y cultural, poblado por arameos y árabes de origen nabateo, aquellos mismos que levantaron Petra.

Declarada patrimonio de la humanidad, está situada a 220 Km. de Damasco mas o menos tres horas de viaje, por paisajes desérticos hasta donde nuestra vista alcanza.

Recorrerla es una maravilla y aunque el turismo se deja ver, aun no está colmatada como otros lugares de esa marabunta parlante y multicolor que forman los grupos organizados. El Templo nabateo de Bel, (derivación de “Baal”, amo, dios supremo) impresionante y majestuoso nos invita a comenzar por él la visita, enfrente comienza la ciudad y nos da la bienvenida su arqueada Puerta Triunfal, única en su forma de construcción pues comprende dos puertas de tres vanos cada uno, creando un arco entre ellas de 30º. Aquí empieza la calle columnada, el Cardo Maximus, lo que hoy en nuestros pueblos o ciudades denominamos Calle Mayor o Calle Real, 1.200 m. de travesía en la que nuestro paseo esta acompañado por columnas a diestra y zurda, templos en sus alrededores. El magnifico Teatro lo encontramos al poco de caminar, la fila de columnas y capiteles solo esta interrumpida en su mitad por un enorme Tetrapylon que nos marca el cruce de dos avenidas, nuestra vista no sabe donde mirar, todo a nuestro alrededor es grandioso y desolado, capiteles y columnas caídas a cada paso, frisos por doquier y la calle continua bajo la mirada complaciente de la fortaleza de Qala´at Ibn Maan que situada en un altozano del horizonte completa la imagen mítica de esta singular reliquia que el tiempo nos ha dejado como regalo.
Al fondo del valle divisamos las necrópolis, también son especiales aquí los enterramientos de las personas pudientes que se hicieron acaudaladas con el transito y negocio de las caravanas, no faltando su culto a la muerte, haciendo verdaderos mausoleos que en el horizonte vislumbramos, en forma de torres, con su interior opulentamente ornamentado con piedras talladas de distintos motivos.

Al atardecer una sensación de sosiego impregna el interior de los que paseamos por entre sus restos, el sol atenuado en estas tierras por el polvo del desierto se despide tras las columnas, el color rojo de las ultimas horas de la tarde comienzan a dar paso a unos tenues grises color pastel, el espectáculo de colores ha sido perfecto, pero aun nos queda la noche.

El ultimo regalo con el que nos sorprende Palmyra es la noche, después de una cena a base de “mansaf”, plato a base de cordero, arroz y yogurt seco, decorado con cacahuetes y piñones, nos acercamos nuevamente a las ruinas cuyo primer tramo esta iluminado artificialmente, pasear en esa soledad bajo los restos de lo que fue una ciudad de 200.000 habitantes sobrecoge, una familia de beduinos cena próxima al la entrada, un autobús multicolor les sirve de hogar, la luna es nuestra aliada y compañera, la noche envuelve todo nuestro rededor, unos operarios del Teatro que están desmontado un concierno de musica clasica, dado el día anterior (que pena no haber llegado un dia antes) nos invitan a acompáñales a tomar un te, pero lastima, declinamos su invitación; el paseo es tranquilo, alegre y susurrante, las sombras rodean todo nuestro espacio visual, al fondo todo son columnas negras, la luna nos sonríe por encima de la fortaleza...............solo nosotros rompemos la paz de Palmyra.

Por ultimo solo recomendar unas cosillas a los que queráis sumergiros en apreciar por vosotros mismos el encanto de esta ciudad, no busquéis otro hotel que no sea el Hotel Zenobia Cham Palace, esta situado en el interior de las ruinas, desde él casi se pueden tocar con las manos y es el mejor con mucho de los hoteles que hemos encontrado en Siria.
Otra recomendación, no se os ocurra ir a cenar al ”Venus Restaurant”, comida cara para los precios de el país y no estaba también preparada como debía, eso si, había cerveza y estaba exquisitamente fría para poderla tomar.

........................animaros a ir antes que lleguen los de los colorines.