domingo, 24 de abril de 2016

- El futuro de Iñigo Errejón....... y la utopía

Desde estas páginas he aplaudido en varias ocasiones la frescura que representaba para nuestra vieja política los movimientos afines al 15-M. Necesitábamos, los que creíamos en cambios radicales del actual sistema social, a estos "perroflautas", como necesarios fuimos los que en los años 70 y 80 también nos sentimos "pre-perroflautas" de aquel entonces, para trasformar un país. Una sociedad que quiere cambiar, necesita ilusiones para hacerlo y estos jóvenes que sentados en la Puerta del Sol, día si y noche también, nos hacían creer en un futuro previsiblemente mejor…………. Bendita utopía, si no fuera por ella, en que soñar. Utopía es nuestra religión, nuestra "fe", nuestra zanahoria. 

Ha pasado el tiempo desde aquel 15 de marzo de 2011 y algunos de esos mozalbetes de Sol, que hasta se atrevieron a llamarnos a algunos "casta", hoy salen a diario en los medios y luchan por audiencias en las teles. Uno que algo sabe de parlamentos, reconoce que la gestión política es compleja, tendiendo a suavizar con el tiempo ciertos planteamientos. También el paso de los años nos modera, pero eso también el tiempo de nuevo se encarga de corregir, y cuando los cabellos comienzan a tornarse más claros, volvemos a recuperar la savia revoltosa de los años locos. Debe ser algo parecido lo que les está pasando a algunos "podemitas", pero con el fragor y la rapidez de los tiempos que vivimos, pues la sociedad no para y los motores del tiempo cada vez tienen más bríos. El dedicar tiempo a la gestión política, a las intrigas de tus correligionarios y a la presencia en los medios (de comunicación), nos hacen perder el pisar las calles y tomar el pulso de las necesidades cotidianas para gestionar el cómo cambiar el mundo (algo de experiencia en lo que digo tengo), y eso les está pasando a estos chicos de Vallecas. 

Mentes claras como las de algunos de estos miembros de la "nouvelle gauche divine" son necesarias para el futuro de nuestro País. Habiendo seguido con atención a algunos de ellos que me han sorprendido gratamente por sus posicionamientos, es el caso de Errejón fundamentalmente, no el caso de algunas "otras" que ya sabía por dónde iban a pajear. ¿Y ahora que se empieza a despejar el galimatías de estos movimientos convertidos en partidos……… que será de ellos?......... ¿que será de los valiosos que apartan a las cunetas?........... y sobre todo, ¿que será de los que como yo tuvieron una "utópica" esperanza?

Creo que me vuelvo a mi Socialdemocracia…………. el problema es donde está. 

Os dejo aquí un buen análisis sobre la situación que vive la izquierda en nuestro país, pero que podría extrapolarse a esa Europa insolidaria, globalizada, liberal y mercantilista, que hoy (24/04/2016) he podido leer en EL CONFIDENCIAL con la firma de CARLOS SANCHEZ.

La inevitable marcha de Errejón al PSOE
Sostenía hace algún tiempo el historiador económico Gabriel Tortella que la izquierda había muerto de éxito. Y lo explicaba en los siguientes términos. Ningún dirigente podía pensar hace un siglo que los países que hoy llamamos avanzados -la mayoría europeos- hubieran podido levantar un Estado de bienestar tan formidable como el que se ha construido, fundamentalmente a partir de 1945. 

Las cifras le dan la razón. El gasto público se situó el año pasado en el 48,6% del PIB de la Eurozona, lo que se explica por la universalización de derechos esenciales como la sanidad, la educación, las prestaciones sociales de carácter económico, las pensiones o la cobertura de desempleo, que han evitado la exclusión social de millones de familias. Un logro inimaginable para quienes, en el primer tercio del siglo XX, luchaban por la generalización de los derechos económicos y sociales. 

Aunque es evidente que la crisis ha afectado negativamente al tamaño -y a la calidad- de ese Estado de bienestar, y todavía demasiados ciudadanos están fuera del progreso económico, lo cierto es que el viejo sueño de Beveridge y de la socialdemocracia europea se ha cumplido con creces. Hoy, casi la mitad de la riqueza generada por un país en un año se destina a gasto público, que, por lógica, beneficia en mayor medida a quienes tienen menores recursos para destinar sus magros ingresos a educación o sanidad privadas. La revolución tecnológica, igualmente, ha influido de forma decisiva en el sujeto del cambio político, que ya no es el obrero industrial fordista (que requiere altos salarios para que el sistema funcione) o el proletariado clásico enajenado de sus derechos sociales. 

Esto explicaría, según Tortella, que la izquierda, fundamentalmente a partir de los primeros años 80, que es cuando comienza a quebrarse la hegemonía del pensamiento keynesiano en favor del liberalismo (una especie de triunfo casi póstumo de Hayek sobre el sabio de Cambridge) comenzara a volcarse en todo tipo de revoluciones: la revolución feminista, el pacifismo, la ecología o los derechos de las minorías marginadas. 

Es decir, se pasó de un movimiento político basado en cuestiones económicas y sociales -la situación de millones de trabajadores era angustiosa en la primera mitad del siglo XX y en el último tercio del XIX- a otro muy distinto en el que los derechos civiles formaban parte central del discurso político. En el caso de España, con otro factor de carácter 'nacional': la cuestión territorial, una rara anomalía en el espectro de la izquierda europea. Hoy, un porcentaje no despreciable de la izquierda española se ha hecho nacionalista desafiando el tradicional internacionalismo que históricamente ha configurado sus señas de identidad. 

Hegemonía e impuestos
Como consecuencia de estas transformaciones, la socialdemocracia tradicional se ha visto arrinconada. Al fin y al cabo, la generalización de las prestaciones sociales (incluso en países con gobiernos conservadores) hace menos necesario su discurso. Y de ahí que nuevas formaciones hayan horadado su hegemonía. Hasta el punto de que hoy, utilizando la célebre metáfora de Marx, la socialdemocracia clásica es un fantasma que recorre Europa, pero en sentido contrario al que predecía el filósofo alemán. Sus electores tradicionales están hartos de pagar tantos impuestos para financiar el Estado de bienestar y por eso votan a los conservadores. O a los partidos socialdemócratas cuando se hacen ‘de derechas’. 

Ese paraíso perdido -o crisis de identidad- lo ocupan hoy, en el caso español, formaciones como Podemos o, en mucha menor medida, Izquierda Unida, con un doble anclaje ideológico. Por un lado, sus dirigentes se sienten herederos de las viejas reivindicaciones de la izquierda de carácter material (más gasto público); pero, por otro lado, han articulado un discurso populista, sin consistencia intelectual alguna, que se basa más en el activismo social que en el sistema de representación parlamentaria, algo consustancial a las democracias más avanzadas. Cualquier reivindicación callejera, en este sentido, sirve para moldear el discurso, aunque sea incoherente y a veces trasnochado. Lo importante es ‘estar’ allí donde hay una reivindicación, aunque sea profundamente reaccionaria. A eso lo han llamado algunos la ‘nueva política’. 

Esta esquizofrenia ideológica, basada en un tacticismo muy primario, sin embargo, es la que tiende a hacer irrelevantes a las formaciones populistas en situaciones de 'normalidad' política y económica (si es que alguna vez se puede utilizar este término). El tiempo corre en contra del oportunismo político, y en la medida en que la situación se vaya ‘normalizando’, los nuevos populismos irán perdiendo fuelle y adeptos.

Pero por el momento ocurre todo lo contrario. Tras la crisis y el ensanchamiento inmoral de la desigualdad, se ha producido una verdadera eclosión de esa izquierda. Una parte tiene un componente estrictamente coyuntural, pero otra ha venido a quedarse. Fundamentalmente, porque el ecosistema social en el que se desenvolvía tradicionalmente tanto la izquierda política como la sindical ha desaparecido, haciendo buena aquella descripción de Peter Glotz cuando hablada de la sociedad de los tres tercios. 

Es decir, un tercio de ciudadanos puede considerarse satisfecho con el sistema económico (lo que en el lenguaje coloquial se denomina ricos); otro tercio de la población vive cómodamente instalado gracias a su trabajo más o menos bien remunerado, mientras que un último tercio de empleados o subempleados sobrevive a duras penas: trabajadores precarios pese a su sobrecualificación, expulsados del mercado de trabajo antes de alcanzar la edad de jubilación, jóvenes sin formación condenados al paro de larga duración o mujeres que viven de las prestaciones sociales como único recurso de vida. 

Iglesias vs Errejón
La consolidación de este último tercio es lo que explica, sin lugar a dudas, el éxito electoral de Podemos, complementado con la cuestión territorial mediante pactos con las célebres confluencias como un movimiento puramente táctico. Tarde o temprano, sin embargo, este delicado equilibrio basado en unas circunstancias excepcionales e irrepetibles tenderá a agrietarse, probablemente después de las próximas e inevitables elecciones. Y es muy probable que lo haga por la dirección política de Podemos.

Parece evidente que las posiciones de Iglesias-Echenique, por un lado, y de Íñigo Errejón y sus seguidores, por otro, tenderán en el tiempo ensancharse, toda vez que Podemos solo es capaz de sobrevivir unido cuando las encuestas y los votos juegan a su favor y el viento está de cola, pero difícilmente una amalgama ideológica como la que representa puede aguantarle el pulso a una situación adversa. 

Entre otras cosas, porque la posición de Iglesias es incompatible con la construcción de nuevas mayorías de carácter transversal que reclama Errejón, seguidor de Gramsci (uno de los fundadores del Partido Comunista Italiano) y su teoría de la hegemonía: una victoria política siempre viene precedida de una victoria ideológica (como Thatcher y Reagan demostraron a principios de los 80). Y hoy, le guste o no a Iglesias, los grandes partidos europeos tienen un carácter transversal (agrupan a todas las clases sociales) que parece despreciar el líder de Podemos, y que ha sido la causa de que Izquierda Unida nuca haya superado los 23 diputados.
 

En este sentido, la incursión de Podemos en la estrategia clásica izquierda-derecha (proponiendo la integración de IU) será su suicidio político, salvo que logre adelantar al PSOE en las próximas elecciones. Y no basta hacerlo mediante una distancia escuálida, toda vez que las confluencias, por sus propias características, son todo lo contrario que la integración orgánica. La unión temporal tiene más que ver con un sindicato de intereses. 

El frentismo que reclama ahora Iglesias por razones puramente electorales es, precisamente, lo que acabará empujando a Errejón y a los suyos al PSOE tarde o temprano. Como en su día hizo Enrique Curiel o tantos dirigentes del PCE que acabaron en el Partido Socialista. Lógicamente, siempre que este partido se regenere, lo cual no será fácil con un líder como Sánchez. Los populismos son transversales por naturaleza (como el nuevo peronismo de Laclau que reivindica Errejón), y Podemos ha iniciado el camino de la irrelevancia política alejándose de su horizontalidad. 

No es un fenómeno nuevo. La historia de Izquierda Unida, que ahora parece entregarse con armas y bagajes a Podemos por su angustiosa situación económica, no es más que el reflejo de ese tacticismo infantil que le ha llevado a alejarse de los nuevos actores sociales despreciando la nueva realidad socioeconómica. Como ha recogido en este periódico Iván Gil, ese sectarismo de clase (IU nació también como una confluencia ideológica) ha sido consustancial a una parte de la izquierda política, que desde los primeros años 80 ha confundido la acción política -que tiene un carácter más estratégico- con el activismo social, sin duda necesario en un contexto de agresión a derechos que se consideraban garantizados, pero ineficaz a la hora de construir un discurso político de largo recorrido.
 
Podemos dejará de ser el gran contenedor ideológico en el que cabe toda la izquierda -heredero intelectual del 15M- para ser simplemente un partido cesarista en línea con lo que lleva en las venas el pequeño Robespierre.

jueves, 21 de abril de 2016

- Morrocoy y Coro.... el Caribe Venezolano

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Volamos desde Santa Elena de Uairen, en la frontera brasileña y base para la ascensión al Tepuy Roraima, hasta Ciudad Bolívar, donde hicimos escala y pasamos una noche antes de nuestra nueva singladura aérea hacia Caracas para tomar camino al Caribe Venezolano. El colonial casco antiguo de la ciudad que lleva el nombre del "libertador"; llamada Angostura hasta mediados del siglo XIX, pues se sitúa en un estrechamiento (tan solo 800 m.) del enorme y ancho rio Orinoco; es interesante de visitar, aunque como cualquier concentración urbana de este país no es muy seguro, solo recomendable recorrerlo de día, a plena luz y con ojo avizor. 

Una vez llegados al aeropuerto Simón Bolívar de Caracas; que en realidad está en la población de Maiquetía a unos 50 Km. en la orilla del mar; nos recoge Leo (Lebsky Zamora) un apuesto y joven mocetón venezolano de negra, larga y bien cuidada cabellera, cual protagonista candoroso de uno de esos televisivos culebrones criollos que de vez en cuando llegan también a las pequeñas pantallas de nuestras latitudes. Más tarde nos comentaría que su origen era hispano, así como que su padre y tío fueron también protagonistas del secuestro por los años 60 del
fenómeno futbolista "blanco" Alfredo Di Stefano. Pero este sin formar parte de un serial de televisión, sino la pura realidad de la Latinoamérica de aquellos años, en los cuales las guerrillas populares luchaban por conseguir la libertad de unos regímenes pseudo-dictatoriales que se generalizaron por esta América sureña prácticamente desde que alcanzaron la independencia de España durante el siglo XIX. Este bonachón muchachote que nos trasportaba ya no formaba parte de esa historia, Venezuela había cambiado y ahora los secuestros se libran en gran parte por el aumento de la delincuencia social, motivada por las carencias de una población sin futuro, ¿nos suena esto ha algo?. Fue este fornido y lozano joven, quien nos cruzó en su todoterreno la peligrosa Caracas camino a Chichiriviche en el Caribe venezolano, alertándonos al atravesar la capital, de los riesgos de esta gran urbe para unos incautos y extraños foráneos como nosotros. 

Después de unas cuatro horas de viaje (algo menos de 300 km.) y de comernos unas buenísimas "arepas" (bocadillos venezolanos) por el camino, llegamos a la localidad de Chichiriviche, que para nada tiene nombre de novelón sudamericano, pues en ellas suelen llamarse Santa Rosa o Santa Marta. Ya era atardecido y Leo (que además de conductor practica la escalada y hace de guía "Cattleya Tours"), motivado por nuestra candidez, no se marchó de nuestro lado hasta que no hubimos conseguido un alojamiento decente, el cual lo encontramos en el Hotel Caribana, muy recomendable para esta marinera población. 

Acomodados, y ya en oscura noche nos dispusimos a buscar sitio para cenar, el día había sido intenso y nuestros estómagos nos lo demandaban. Frente al puerto había unos cuantos restaurantes, llamándonos la atención por su estilo (menos exótico que los demás) el "Txalupa", que elegimos para esa noche como para alguna otra. Nada más entrar nos sorprendió una fotografía en blanco y negro que colgaba de su recepción, no nos era extraña habíamos visto más
en nuestra época moza, y hasta lo habíamos vivido en nuestras carnes……….. ni más ni menos se trataba de una instantánea de unos "grises" (los policías del franquismo) dando palos a unos manifestantes, también había un cuadro tallado en madera con un emblema de tipo vasco. A ambas cosas, por aquel entonces sin dejarnos de sorprender, no las dimos mayor relevancia; cosas más extrañas hemos podido observar a lo largo de los periplos recorridos por el mundo y que acarreamos a nuestras espaldas, los que dedicamos nuestro tiempo a sobrellevar la sufrida vida del viajero; no siendo hasta años después cuando me di cuenta de la realidad del lugar que habíamos elegido para alimentar nuestro cuerpo en las cálidas noches caribeñas.
 
Fue aproximadamente hace un año, cuando en la prensa me sorprendió leer el nombre de la agradable población de Chichiriviche en la que habíamos pasado aquellos sosegados días allá por septiembre de 2010. Me sorprendió, porque no es muy usual que te lleguen noticias de por esas latitudes que no sean por críticas a sus gobernantes, a su excesiva peligrosidad o a similares y
maléficos designios……… o tal vez la noticia fuera por eso mismo. En ella se hacía referencia a la llegada a esa población de José Ignacio de Juana Chaos, en la que había fijado su residencia y donde regentaba una licorería (por cierto no muy alejada de nuestros lugares de paso). No sé bien si el susodicho etarra, en su huida o exilio, pues uno ya no sabe bien distinguir estos términos, había elegido esta población por lo idílico del lugar o por el grupo de amigos y correligionarios que por aquellas tierras tenía. Lo que sí que pude confirmar a través de las informaciones que me trasladaron la prensa de por aquí, es que a su llegada a la localidad le esperaba Xabier Arruti Imaz, propietario del Restaurante Txalupa, en donde cada tarde, desde la terraza del primer piso observábamos el atardecer entre dos luces, con la compañía de unas frías cervezas, algunas insulsas gambas y unos pescados con aderezo. 

Espero que esta confesión escrita, no llegue al conocimiento del ministro en funciones Sr. Fernández Díaz, y como si fuera "titiritero" me impute, aplicándome la nueva "ley mordaza" por colaborar con el terrorismo…… !que la condecorada Virgen de los Dolores me ampare!. Confieso señor "juez", que para nada participe en política por esos lugares, que lo único de esta actividad acaecido por aquellas fechas y en esta localidad de Chichiriviche, es que nos pillo la "ley seca" debido a unas elecciones de Chavez, teniéndonos sin beber cerveza tresssssssssssssss………….. días, creo que esto ya sirve como suficiente condena penal por los hechos cometidos. 

Por lo demás, Chichiriviche es un agradable y colorido pueblo, algo destartalado eso sí, pero ni más ni menos que otras localidades de por aquí, donde no sentimos ninguna inseguridad al pasear por sus calles en la noche. Tal vez fuera debido, a que al ser de origen hispano y frecuentar el susodicho restaurante, los malotes de la zona tuvieran reparos o temor a interferir con nosotros, pero eso es una reflexión a posteriori. La verdad es que nos encontramos muy a gusto en ella, disfrutando del relajo merecido tras las intensas jornadas vividas en la zona del Tepuy Roraima y en la Laguna de Canaima, además de ser un lugar donde prácticamente no hay foráneos, a donde acuden únicamente venezolanos. 

Durante los días que por este lugar estuvimos, nos dedicamos a visitar el marítimo Parque Nacional de Morrocoy y los cayos situados frentes a las poblaciones de Chichiriviche y Tucacas. Los cayos son un conjunto de once pequeños islotes solo accesibles en lancha, donde se hallan
las mejores y más hermosas playas venezolanas sin ninguna duda. De espectacular belleza, con una vegetación formada fundamentalmente por manglares y palmeras, están rodeados por finísimas arenas, cristalinas y poco profundas aguas, corales y peces de colores, viniéndome a la mente ese sugerente anuncio televisivo sobre los "limones salvajes del Caribe". 

Desde nuestro lugar de alojamiento nos acercamos, en temprana mañana, hasta el puerto a contratar un recorrido marinero para todo el día que nos llevara a recorrer algunos de los cayos más sugerentes (Cayo Varadero, Cayo Sombrero, Cayo Sal, Los Juanes, Cayo Muerto y Playa Mayorquina), así como algunas grutas costeras solo accesibles por mar: Cueva del Indio donde se observan petroglifos indígenas que nos trasladan el modo de vida de los oriundos venezolano, y la Cueva de la Virgen o de los Pecadores como también la denominan. Este lugar no puede ser más sorprendente y surrealista, estando repletas las oquedades de las paredes de su acantilado hasta donde llega la mano humana desde las aguas, de la más variada iconografía religiosa, fotos, carteles, santos, santones, vírgenes y no vírgenes, cruces, hornacinas………. hasta poemas escritos pudieron vislumbras mis ojos.  

Nos dirigimos a la población de Tucacas, la otra localidad desde la que se accede al Parque Nacional, para disponernos a visitar su zona meridional, acercándonos entre otras a la Isla de Pájaros en la Reserva de Avifauna Cure. Impresionante lugar donde se refugian entre sus manglares de tupida vegetación más de doscientas cincuenta especies diferentes de vistosas y coloridas aves migratorias, entre las que destacan un gran número de cócoras rojas, garzas, pelicanos, águila pescadora, flamencos rosas y el curioso macho de "fragata real", que infla su buche de intenso color rojizo cuando se encuentra en periodo de reproducción, una completa colección de tropicales aves, verdadero paraíso para los ornitólogos. 

Otro de los momentos surrealistas vividos en estas tierras fue el traslado en taxi hacia la ciudad de Coro, ya que nunca había montado en un Ford Lincoln del siglo pasado, el coche más grande y lujoso en el que yo haya viajado nunca. Es como si me llevaran en "limusina" con chofer y librea por la Quinta Avenida Neoyorquina, pero por una carretera con algún que otro bache de vez en cuando………….. la experiencia fue gratificante y cuando menos curiosa. Doscientos kilómetros a los que dedicamos unas de tres horas de recorrido por entretenida carretera, llegando a nuestro destino y encontrado como alojamiento el Hotel Miranda Cumberland, digno y bien situado. Frente a él se encuentra la Terraza-Restaurante "Estancia Da Doménico", confortable y tranquilo sitio donde cenar agradablemente, sin tener que buscar problemas. 

Santa Ana de Coro como así es su nombre, fue fundada el 26 de julio de 1527 por Juan Martín de Ampíes, convirtiéndose en la primera capital existente en tierra firme del continente Americano. Interesante en ella es recorrer su cuidado y colorido barrio colonial en el centro de la ciudad, que a pesar de los años y con construcciones de adobe de los de entre los siglos XVI y XIX está bastante bien conservado, habiéndole valido el titulo concedido por la UNESCO como Patrimonio de Humanidad. 

Calles empedradas, edificios religiosos, antiguos palacetes, un cementerio judío y hasta una cruz de madera elaborada con el árbol bajo el cual se fundó la población forman su original casco histórico. Lo que más resalta al visitante cuando recorre sus calles, es el colorido de sus edificios coloniales, los añiles contrastan con los carmesí, los blancos con los ocres, los verdes con los amarillos, todo ello junto con su
original estilo barroco, consiguen generar en toda ella una atmosfera de grata satisfacción mientras la recorres durante las luces diurnas. Pero ya al caer la tarde la ciudad se transforma, y esos vistosos colores se convierten en los tonos oscuros que nos traen a la memoria las turbadoras escenas plasmadas por Goya en sus inquietantes caprichos. Debido al interés por conseguir una figurita de D. José Gregorio Hernández, que trajeado en negro o blanco y con hechura del siglo XIX, había visto posada en su hornacina correspondiente en prácticamente la totalidad de las iglesias de todos los lugares visitados del país, cual se tratase de una virgen o uno más de los miembros del santoral, viene a mi memoria el que parase a un callejero policía indicándole mi intención por encontrar una "santería" en donde hacer mi adquisición, informándome el agente uniformado que apenas dos cuadras (manzanas de viviendas por allí) había una, pero que a esas horas de la tarde no eras lugar para foráneos como nosotros. Al final la figura del médico-santón Gregorio la conseguiría en una tienda de suvenires en el aeropuerto antes de partir de regreso.
 
Curiosos por conocer los lugares atractivos de los alrededores, contactamos con Roberto Stiuv propietario junto con su mujer Marnie de la posada "Casa de los pájaros", donde también se puede uno alojar en un ambiente grato y familiar. Roberto, arquitecto de profesión y especializado en la rehabilitación de edificios de la época colonial construidos en barro, nos hace de guía durante los siguientes días, trasladándonos al Parque Nacional de los Medaros de Coro, la Península de Paraguaná y a la Sierra de San Luis. 

Ubicados muy próximos a la ciudad de Coro, el istmo que forman los Médanos (formación de dunas) y que une tierra continental con la Península de Paraguaná (en tiempos remotos una isla), nos muestra un desértico paisaje de una singular belleza.

Declarados como Parque Nacional en el año 1974, son un inmenso depósito de arena que se desliza de forma continua por a la acción de los vientos alisios, que de este a oeste soplan modificando su orografía de continuo. Sus dunas, que en algunos casos alcanzan los 20 m. de altura, le dan la apariencia de un extenso desierto de unos 30 Km. de largo por 5 de ancho, como si de un pequeño Sahara americano se tratase. Bajo sus montículos, existen algunos restos precolombinos de antiguas calzadas indígenas, que a veces se pueden observar entre sus arenas.
Entrados ya plenamente en la Península de Paraguaná nos disponemos a recorrerla, no sin antes llamarnos la atención una señal de tráfico indicativa de peligro con la estampa de un burro, y efectivamente cantidad de estos asnos pacen a uno y otro lado de la carretera. Son animales ahora salvajes que debido a la modificación de los sistemas de trasporte han sido en tiempos abandonados por sus amos y ahora se reproducen en libertad completamente asilvestrados, una circunstancia que ha provocado enormes y funestos accedentes en esta carretera. Con la imagen predominante del Cerro de Santa Ana, visitamos alguna de sus poblaciones coloniales como la de Santa Ana (por aquí todo lleva el nombre de esta santa), sus pequeños, animados y coloridos puertos como el de Adicora, sus espacios plenos de naturaleza como Reserva Biológica de Montecano, las salinas de Cumaraguas o la laguna de Boca del Caño, y degustamos su gastronomía en una perdida "estancia" (quinta o casa de campo), surrealista y naif lugar donde los haya, como lo es su regente, un curioso, bonachón y ascético pintor.
De retorno y antes de detenernos nuevamente en los Médanos para contemplar caer la tarde, nos paramos en la capilla donde se rinde homenaje a las piadosas "Ánimas de Guasare". Lugar donde se encontraron en los años 40 algunos de los cuerpos de las personas que murieron de hambre y sed durante 1912, cuando se trasladaban a pie en busca de agua obligados por una terrible
sequia. Como todos los santuarios de estas latitudes, la sensación que genera su simple visión es como poco de sorpresa. Su espacio está repleto de elementos del más variado origen: notas manuscritas enmarcadas, oraciones, coloridas vírgenes y santones de todos los tamaños, fotos de bodas y familiares, así como objetos de lo más diverso y una tienda con merchandising del lugar, todo amalgamado rellenado sus paredes, sin faltar el lugar donde depositar las velas, en el que siempre hay algunas encendidas. Al contemplarlo, vienen a mi memoria algunos lugares similares de nuestra geografía patria, donde sus "propiedades" milagreras han hecho llenar sus paredes con encerados exvotos o "vintages" aparejos ortopédicos. 
 
Durante la jornada siguiente conducimos nuestros pasos hacia la Sierra de San Luis, mil metros por encima de la costa, donde la vegetación cambia sustancialmente introduciéndonos en un vergel de "bosque tropical húmedo". Mientras ascendemos contemplamos increíbles vistas sobre la ciudad de Coro, los Medaros y la Península de Paraguaná. Nos dirigimos hacia el antiguo Camino Real de los Españoles, un tramo todavía empedrado del que fuera en tiempos coloniales la vía de comunicación de la ciudad de Coro con los pueblos de la sierra. Entre exuberante vegetación caminamos un trecho por esta histórica ruta, accediendo a desde ella a las cuevas de Acarite y de Zarraga que se localizan en sus proximidades.  Más tarde nos acercamos hasta el Haiton del Guarataro, profunda sima o sumidero calcáreo que con sus de 305 m. de caída en vertical y 12 de embocadura, es la fosa más profunda de toda Venezuela.

De vuelta a Coro, solo nos queda pasear de nuevo por sus animadas calles intentando llenar nuestras retinas de sus vivos colores y nuestro espíritu de esos momentos vividos. Es hora de despedirnos de este maravilloso país lleno de naturaleza, de la que hemos podido disfrutar durante nuestro periplo por lugares tan sugerentes y mágicos como: el Delta del Orinoco, Laguna de Canaima y Salto Ángel, así como del ascenso al Tepuy Roraima. No sé que le deparará a estas gentes el incierto devenir, pero si les deseo a todos los que con nosotros convivieron durante esos días lo mejor………….. se merecen un futuro.

jueves, 14 de abril de 2016

- San Baudelio…… enigmas, magia y expolio en un eremitorio prerrománico Soriano

Pincha aquí si quieres ver las fotos de "San Baudelio - Caltojar - San Miguel de Gormaz", si quieres verlas en pantalla completa pulsa en la tecla "F11" 

Nos encontramos en las despobladas tierras del suroeste soriano, en las cercanías de Berlanga de Duero, disputado enclave durante la reconquista, no solo entre cristianos y árabes también entre los distintos reinos de los seguidores de la cruz, zona fronteriza motivo de avances y retrocesos de la línea de batalla entre los dos credos durante todo el siglo X y gran parte del XI. En el áspero valle que ha ido formando el río Bordecorex, por donde el caudillo andalusí Amir Muhammad ben Abi, más conocido como Almanzor, regreso a Medinaceli para morir tras la derrota sufrida en la supuesta batalla de Calatañazor, nada más empezar el siglo XI (1002). Tierras estas del Extremo Duero, la Extremadura mesetaria, a caballo entre las Dos Castillas, la denominada Marca Media, que después de la muerte del adalid musulmán, serian mandadas humanizar por los reyes cristianos para dar solidez y estabilidad a la comarca tras la conquista de Toledo en 1085 por parte de  "El Bravo" Alfonso VI. Incipientemente repoblada por cristianos de otras tierras en el año 912, fue pasando varias veces de manos, permaneciendo bajo dominio cristiano durante largos espacios de tiempo hasta su reconquista final por Fernando I en el año 1060. Siendo durante este periodo lugar de diversos escarceos guerreros hasta la consolidación definitiva de la zona del Duero, convirtiéndose por lo tanto en punto de contacto y mestizaje, intercalándose episodios bélicos con amplios periodos de paz, donde la población cristiana y la musulmana así como sus respectivas culturas convivirían con total normalidad.  

Por aquellos tiempos, estas inhóspitas tierras "fronterizas" eran disputadas tanto por el Califato Cordobés como por los cristianos reyes, siendo muy común durante esta época de reconquista que en ciertos rayanos territorios castellanos, se desarrollase un arte mestizo oriundo de los pueblos hispano-árabes del sur, que a través de los pobladores que decidieron quedarse en los feudos cristianos, se propagó por gran parte de nuestra geografía, siendo la ermita de San Baudelio uno de esos ejemplos de lo que se denominó arte "Mozárabe" (cristianos que observaban el rito visigótico de lengua árabe), además de ser la situada más al sur del territorio cristiano en este tipo de arquitectura. Con bastantes rasgos islámicos, se convierte en un ejemplo de la coexistencia entre culturas y creencias religiosas dispares, que nos han dejado como herencia esta irrepetible y bella construcción, maravilloso legado artístico de aquellos lejanos tiempos.
Para poder entender esta incomparable construcción; una de esa docena de singulares y únicas edificaciones religiosas que encontramos esparcidas por nuestra piel de toro; debemos retrotraer nuestra mente hasta la lejana época visigoda, allá por los siglos VI y VII, cuando los verdaderos cristianos escudriñaban ubicaciones por apartados lugares para dedicar su vida hacia el recogimiento místico de aproximación a su dios. Solían ser solitarios enclaves retirados de cualquier concentración humana, donde se situase alguna cavidad y con cercana fuente. Así tenemos el rosario de eremitorios rupestres de la zona del Alto Ebro, o los más próximos del cauce del rio Duratón en tierras segovianas, por poner unos ejemplos de los múltiples que se repitieron por nuestra geografía aun no denominada España. Y así es como comenzó la historia que hoy me toca comentar, la de un antiguo cenobio dedicado San Baudelio, predicador y mártir en tierras galas, y que por los avatares históricos, parece ser que algunas de sus reliquias llegaron hasta estos paramos arévacos, toda vez que la devoción a este clérigo al que le seccionaron la cabeza los romanos, estaba extendida por aquellas fechas en las tierras de Hispania. 

Cimentada sobre la propia roca; y anexa por la parte de la cabecera del ábside a una necrópolis rupestre con más de treinta tumbas cinceladas en la viva roca; se edificó este ermita a comienzos del siglo XI, o incluso antes, sobre la aun existente cueva de un ermitaño transformada posteriormente en cenobio, junto a una fuente que hasta en los estíos más cálidos sigue manando cristalinas aguas. Elegido lugar por los primitivos ascetas a semejanza de la Nimes francesa, donde Baudelio fue enterrado en el cuarto siglo de la cristiandad. La primera mención documentada sobre ella data de 1136, en donde se alude a este templo como parte a un antiguo monasterio, que en la segunda mitad del siglo XII ya había perdido la categoría de iglesia transformándose en una simple capilla rural. Posiblemente debido a la invasión almorávide, quedando abandonada hasta la recuperación de estas tierras por parte de Alfonso I de Aragón en 1118. 

Se tiene constancia de la existencia en sus proximidades de un poblado agrícola, que abastecido por la cercanía de la fuente o manadero, estuvo activo hasta el siglo XVII, manteniendo el templo como centro religioso. Siendo a principios del siglo XIX, con la desamortización de Godoy en el que ya su abandono es patente, cuando pasa a manos de particulares, desentendiéndose de ella la jerarquía religiosa.

De aspecto sencillo en su exterior; un par de adosados edificios cúbicos de mampostería, no pudiendo ser más austero y simple su visión desde fuera; sin ningún tipo de ornato, al igual que otras feligresías erigidas en el siglo XI por estas tierras, como las de San Miguel de Gormaz, Fuentearmegil o Los Llamosos (pedanía de Quintana Redonda), e incluso la malograda de esta población de Quintana Redonda, vencida por el fuego y su mala calidad constructiva en 1918. 

Su interior, de arquitectura mucho más compleja y orientalizante, sin embargo nos sorprendente sobre manera por la singularidad y el encantamiento que produce, generándonos al traspasar el arco de doble herradura de su puerta una atracción y hechizo peculiar. Su reducido espacio de apenas 80 m2. está dividido en dos niveles, en el inferior una especie de haram (arabesco salón de columnas) asemejando un pequeño templo musulmán, y sobre este una tribuna aislada como las ya existentes en el las edificaciones del  prerrománico astur. Asemejando todo el espacio una pequeña mezquita e iglesia a la vez, fundidas en un único estilo sin prevalecer una sobre la otra, como conviviendo los dos credos. Su techumbre está sustentada por una columna con terminación en forma de palmera con nervaduras de ocho brazos, dándole esta exótica planta un toque oriental en medio de los austeros páramos sorianos. Por encima del ensamblaje de las arcadas que sujetan la cubierta se distingue una discreta linterna que, disfrazada con una bovedilla, podría servir como escondrijo para proteger los objetos sagrados o las reliquias del "santo". La sala de columnas, de acentuado carácter islámico, está formada por dieciocho pilastras con veintisiete amezquitados arcos de herradura, sobre los que descansa la tribuna del templo en la que se encuentra una pequeña capilla, que posiblemente fuera el espacio de reclusión de la comunidad monacal. La parte superior, a la que se asciende por cuatro rústicos escalones, conforma su cúbico ábside. 

Todo su interior estuvo cubierto por unos extraordinarios frescos, hoy considerados plenamente como del siglo XII. Y aun declarada Monumento Nacional en 1917, estas pinturas fueron vendidas por la irrisoria cantidad de 65.000 pesetas de la época, siendo arrancadas entre 1922 y 1926, desollando los muros de sus paredes, en uno de los hechos más vergonzosos de la extensa tradición de destrucción, dilapidación y expolio del patrimonio que en gran medida sufrió nuestro país durante la primera mitad el siglo XX, y que aun hoy en menor grado sigue sucediendo. 

Las pinturas, propiedad de doce vecinos de la cercana localidad de Casillas que habían usado la ermita como "taina" de ovejas, fueron compradas por el anticuario barcelonés León Leví, intermediario así mismo del marchante estadounidense Gabriel Dereppe, quien a su vez mediaba para un anticuario de entramado mundial. No sirviendo para nada: la negativa de la Diócesis de Sigüenza a la que dependía el templo, ni los informes contrarios de la Junta de Excavaciones y del Ministerio de Instrucción Pública, ni la denuncia de la Comisión Provincial de Monumentos, ni tan siquiera la suspensión de la venta a través de una Real Orden. Ya que tras un dudoso litigio, en 1925 se falló a favor de la legalidad de la transacción, basándose en que la notificación de la declaración de Monumento Nacional, no se le había notificado a sus propietarios. 

Mientras estos pleitos se desarrollaban tras la denuncia de la Comisión de Monumentos, y toda vez que las pinturas habían sido extirpadas con anterioridad de los muros por hábiles expertos italianos, se obligó a su reposición, pero tras la inaudita sentencia que declaraba legitima la venta, fueron arrancadas de nuevo, traspasadas a lienzos y transportadas (de forma ilícita) a Estados Unidos, quedando en sus paredes solo los lienzos en peor estado y los de dificultosa extracción. 

Este siniestro personaje "Leví", verdadero "león" y ávido carnívoro de esquilmar obras de arte impropias, mercenario a sueldo de coleccionistas internacionales, intermediario sin escrúpulos, fatídico tratante, expoliador y ladrón, mantenía influyentes contactos en la corte madrileña, quienes trasladaron su affaire a influyentes comisionados regios. Sus padrinos palaciegos conseguirán que finalmente el borbón Alfonso XIII, dispusiera que todos los hechos del usurpador judío habían sido legales, teniendo derecho a mercadear esos bienes como mejor le parezca. 

"S.M. el Rey, ha tenido a bien resolver que no ha lugar a exigir responsabilidades a los señores Barral ni a D. León Leví, pudiendo este último disponer de las piedras que le fueron detenidas en la estación de Morrot… (22 de julio de 1925)" 

En julio de 1926, veinticuatro pinturas murales fueron arrancadas de los muros de San Baudelio por un equipo italiano contratado por Leví, tomando camino a Londres, donde se ensamblaron sobre lienzo siendo selladas con un marco de madera. En febrero 1927, Gabriel Dereppe mandó embarcar 23 de los frescos camino a la rica América, en la cual fueron vendidos por lotes al mejor postor: Colecciones Privadas, Museo de los Claustros del Metropolitan Museum de New York, Museo de Cincinnati, Museo de Arte de Indianápolis y Museo de Bellas Artes de Boston, donde aún se encuentran la mayoría de ellos. La vigesimocuarta pintura, perteneciente a San Baudelio, fue sustraída de la capilla, pero no fue incluida entre los cuadros trasladados a Nueva York por Dereppe, siendo su localización en la actualidad desconocida, en la creencia de que fuera destruida por el tal Leví.

En 1954 la Fundación Lázaro Galdiano compró la ermita cediéndola al Patronato Artístico de España, pasando de nuevo a control público, pero el atropello ya estaba consumado. Siendo una pequeña parte de las pinturas que llegaron al Metropolitan Museum de Nueva York, recuperadas en 1957 a cambio de ceder el ábside románico de la iglesia de San Martin de Fuentidueña (Segovia), que ahora muestra su taciturna silueta sobre un altozano de Tyron Park……… en la "medieval" isla de Manhattan. Estando depositados actualmente estos rescatados lienzos en el Museo del Prado, junto con las pinturas de la Iglesia de la Vera Cruz del segoviano pueblo de Maderuelo. 

Es también León Leví, o "judío errante" como le llamaban algunos cronistas de la época, el responsable del saqueo arquitectónico de la vieja iglesia románica de San Esteban "el viejo" en San Esteban de Gormaz, también en tierras de Soria, así como de sus pinturas. Al ver las informaciones diarias de los telediarios y de la prensa en general, ahora con "Los papeles de Panamá", me pregunto si este elemento, sería antepasado de la "pepera" diputada catalana Andrea Levy, ahora flamante nueva cara del corrupto partido, pues los mecanismos de funcionamiento son similares……… y hasta podrían ser genéticos. 

Sobre el conjunto de los elementos pictóricos, son de destacar los vínculos de estos bocetos con las de la iglesia de Santa María de Taüll en el encantador y pirenaico Valle de Boí, como así mismo sus posibles lazos con los frescos de la ermita de la Vera Cruz en Maderuelo. 

En el frontis de su cuadrado ábside y separados por la luz que entra de la ventana están representados San Baudelio y San Nicolás. Superpuestos a ellos Melquisedec y Abel, y entre estos, por encima del ventanuco un Espíritu Santo boca abajo, bajando hacia la tierra o hacia la luz, y por debajo de ella la representación de un ibis. Completando el espacio, una Resurrección de Cristo. 

El resto de las pinturas que llenaron los espacios de la nave principal, representan en su parte superior escenas de nuevo testamento: Las Tres Marías con un "Noli me tangere" ante el sepulcro de Cristo, Curación del Ciego y resurrección de Lázaro, Bodas de Caná, Tentaciones de Cristo, Entrada en Jerusalén, La Ultima Cena, Prendimiento y calvario, Adoración de los Magos (Capillita). En la bóveda, entre las nervaduras y en muy mal estado, ocho escenas del nacimiento de Jesús. 

En la parte inferior, se encontraban unas enigmáticas pinturas de aparente temática profana e impropias de la iconografía religiosa: leones, toros, elefante, dromedario, oso, águilas, un ave zancuda identificada a menudo como un ibis o pelicano, así como imágenes de cacerías y motivos decorativos geométricos, que entre los estudioso han generado múltiples e imaginativas interpretaciones. 

Con entorno de espectacular y apartado paisaje en medio de la naturaleza y la nada, hay hasta quienes ven en ella y en sus representaciones pictóricas, múltiples enigmas, misterios y símbolos mágicos, así como prodigiosas energías que desprende su interior. Muchas de ellas relacionadas con la simbología numérica del "8" (numero del infinito y de los Templarios), que podemos constatar en las ramas de la palmera. Así como de la capillita situada tras la palmera en la tribuna superior, donde podría ser el lugar de iniciación de los caballeros del Temple, donde pasaban la noche en vela para demostrar su valor, donde están las 12 referencias a la Jerusalén Celestial, el arcángel San Miguel matando al dragón, y por encima la mano de Dios. También las trompas o apéndices de las figuras zoológicas, que marcando los puntos cardinales confluyen en la palmera. 

Planta que así mismo representa la unión de lo terreno con lo celeste, árbol que se localiza en el centro del Edén, metáfora del paraíso, Árbol de la Vida como corresponde a todo árbol sagrado, que enlaza la tierra con el cielo (el suelo con la bóveda), árbol iniciático, símbolo de la ascensión mística. Estando toda esta simbología visiblemente clara en su característico elemento estructural, siendo en San Baudelio, mejor que en ningún otro lugar, donde la representación de "El Paraíso" como ejemplo característico de espacio arquitectónico en un recinto cerrado está patente, ya que si la cuadratura es una de sus características más sobresalientes, también lo es su ensimismamiento, reclusión y hermetismo. Personificando su construcción el Arca de Noé o Arca de Salvación, en plena frontera religiosa del cristianismo con el Islam, acreditada por la práctica ausencia de todo ornato externo, al ser erigido en un territorio hostil del que se protegió a través de sus rudimentarios muros. 

Su estructura, como la del "arca bíblica", consta de varios espacios diferenciados, cada uno de ellos con sus respectivos simbolismos: el primero representa el paraíso, el segundo la tierra nueva donde se asentara la Jerusalén Celestial, y por último el reino de los cielos. Culminando ese "ascenso místico" en el pequeño habitáculo que domina la palmera sagrada, lugar que encarna el paraíso celeste, "ámbito de la absoluta contemplación divina", el éxtasis total. Siendo este espacio el elemento más enigmático y controvertido de esta ermita, pues este ínfimo nicho con cúpula de nervios cruzados de tipo califal, que se encuentra en la parte alta de la palmera por encima de sus nervaduras, para algunos puede ser un enclave de posible significación edénica, siendo para otros, este disimulado y misterioso reducto el "fruto sagrado" o la fuente de la ansiada inmortalidad.
 
Hay hasta otros estudiosos que relacionan San Baudelio con el Santo Sepulcro y su "Anstasis" (Resurrección de Cristo), por su similitud con el Santo Sepulcro de Weinmarkt en Augsburgo (edificado en 1130), así con otras construcciones de la segunda mitad del siglo XII y principios del XIII que se sabe con certeza se realizaron con la intención de evocar la Resurrección de Cristo, como la iglesia de la Vera Cruz de Segovia, el Santo Sepulcro de Torres del Río o la Capilla del Monasterio de Tomar en el vecino Portugal (todos de origen templario). 

Estos frescos que revestían toda la superficie interior del templo; y que ya sufrían el gamberrismo desde el siglo XVII, período en el que se comenzaron hacer pintajos y rallajos (los grafitis de la época) en las paredes y pinturas; están considerados como unas de las mejores y más antiguas representaciones de pintura mozárabe y románica que existen en toda España, y si bien aún no se ha logrado aclarar plenamente en conjunto su simbolismo, hay quien se atreve a catalogar este humilde eremitorio como la "Capilla Sixtina del Mozárabe Español". La inusual circunstancia de coincidir en un mismo recinto pintura y arquitectura tan particulares, así como su exótico y oriental diseño dentro en un templo cristiano, en sintonía con las dos culturas, hacen de esta maravillosa ermita un lugar digno de visitar y proteger.
 








Las siguientes fotografías, fueron tomadas en 1920 por Juan Cabré Aguiló, ilustre arqueólogo de principios del siglo XX, del que ya comenté en el artículo dedicado en este blog sobre Arte rupestre en Madrid, el cual realizó un trabajo documental sobre esta edificación y sus pinturas entre 1911 y 1920. Miembro de la Real Academia de la Historia, creó un archivo fotográfico durante toda su dilatada carrera de investigación de 5.558 negativos en placas de vidrio y nitrato de celulosa, que tras su muerte fueron cedidos al estado a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE).



Para terminar podemos acércanos hasta la cercana e interesante población de Berlanga de Duero, y en ella visitar el Centro de Interpretación de San Baudelio, donde entre paneles, imágenes y un video explicativo, saciar nuestra curiosidad por esta mágica y enigmática ermita. Si ya queremos completar nuestros conocimientos místicos con el sibaritismo del placer, solo nos queda acercarnos a la también atrayente localidad de Burgo de Osma, donde podemos disfrutar de las aguas medicinales del Hotel Termal, en el que han recreado una reinterpretación de la ermita mozárabe de San Baudelio, con piscina incluida.

O mejor aún, aproximarnos a la pequeña aldea de Gormaz; resguardada en la ladera sobre la que se asientan las murallas del imponente castillo califal, la mayor fortaleza defensiva europea de su tiempo; para rematar este periplo observando los frescos románicos de la ermita de San Miguel, muy similares a los de San Baudelio, pero con la suerte de que el ínclito Leví no sabía de su existencia por aquel entonces.